domingo, 22 de noviembre de 2015

SILENCIO

Silencio en París, calma, ciudad donde se vive la calma de la conmoción, del desconcierto, la calma del dolor, de asumir lo que ha pasado.
Europa está de luto, es hora de llorar, de rezar pero también de confiar en nuestras sociedades y en nuestros estados para luchar con las armas de la ley y la democracia contra el terror islamista.
Intentemos que no nos arrebaten los terroristas yihadistas la tranquilidad de pasear con tu familia, de tomar algo con tus amigos, besar a tu pareja, de vestir como quieras en plena calle. Eso es lo que quieren, rechazar nuestro modo de vida e imponernos el suyo.
Es verdad que los terroristas y fanáticos asesinos son una minoría dentro de los millones de musulmanes que hay en el mundo, la mayoría de los cuales viven su religión de forma pacífica. Pero también es verdad que se han hecho irrelevantes por su silencio y si no se pronuncian se despertarán un día y se encontrarán sometidos por los fanáticos convirtiéndose así en más enemigos; como les pasó a los alemanes amantes de la paz, con Hitler.

Que el silencio no nos haga olvidar lo sucedido en París, igual que el 11 M en España, el 11 S en Nueva York o en Londres.

Guillermo Gracia Sanchón 

jueves, 19 de noviembre de 2015

JÁNOVAS

El domingo 1 de noviembre en el programa salvados pudimos conocer la situación de un pequeño pueblo de la comarca del Sobrarbe llamado Jánovas. Esta retransmisión me interesó porque es un lugar a pocos kilómetros de mi pueblo al que yo voy con frecuencia por su encanto  y por su trágica historia.
Jánovas fue un pueblo vivo, con más de 400 habitantes dedicados a la agricultura y ganadería, hasta que en los años 60 del siglo pasado la decisión de construir un pantano supuso el abandono de casi toda la población. Para llevar a cabo este proyecto el estado a través de la compañía eléctrica Iberduero, expropió terrenos y pagó a sus propietarios por sus bienes.  Los métodos usados para el desalojo de sus habitantes no fueron los más apropiados puesto que engañaron al pueblo, adelantaron la destrucción de las casas estando la gente viviendo todavía, destruyeron sus cosechas antes de recogerlas y sacaron a la maestra de la escuela delante de sus alumnos agrediéndola, además de incumplir la promesa de poder seguir viviendo hasta que el agua lo inundara. Hubo una familia con 6 hijos que decidió quedarse a pesar de todas las dificultades y amenazas que esto suponía. Durante veinte años aguantaron solos en un pueblo casi fantasma donde la soledad lo invadía todo. Al final tuvieron que irse. El pantano nunca llegó a construirse a pesar de los intereses de las compañías eléctricas y del gobierno porque suponía un gran impacto ambiental por la cercanía al parque nacional de Ordesa. Ahora se está intentando reconstruirlo para que haya de nuevo vida, aunque nunca será suficiente para olvidar el sufrimiento de los habitantes debido al abandono de su pueblo natal.
Parece que el programa del pasado domingo de salvados ha causado un gran revuelo en el sector de las eléctricas, y es que por primera vez un periodista se ha atrevido a denunciar la actuación de estas empresas, la falta de transparencia y la complicidad con los políticos. Por ello solicitan al presidente de la sexta el cierre de este programa.
Me supone tristeza pensar que me echan de mi casa, de mi pueblo. De que las pérdidas que supuso la no construcción de ese pantano nunca han sido revertidas a la comarca  y que, cuando alguien se atreve a denunciarlo en un medio de comunicación, te das cuenta de que el poder y las formas de actuación de estas compañías no han cambiado con el transcurso del tiempo.

Vacaciones en Noruega

El verano pasado tuve unas vacaciones muy especiales y que llevaba tiempo esperando: un crucero por los fiordos noruegos. A la emoción de viajar en barco por el mar del norte se sumó el hermoso paisaje que tenía ante mis ojos. Paisaje que me recordaba a los pirineos que yo frecuento, pero inundados.
La primera vez que entré en un fiordo me resultó espectacular ver caudalosas cascadas cayendo directamente al mar, verdes montañas reflejadas en el agua, picos cubiertos de nieve y pintorescos pueblos a orillas del mar y a los pies de las montañas.
En este viaje no solo fui en barco sino que también monté en uno de los trenes más famosos de Europa, el tren de flam, que durante una hora te muestra los parajes más agrestes y majestuosos de noruega. Vi ríos que cruzaban profundos barrancos, montañas con cimas nevadas y  túneles que los atravesaba formando espirales.
Pero me dejo para el final el mirador más espectacular del mundo: el Preikestolen ( "la piedra del pulpito" ), impresionante formación montañosa a 604 metros sobre el fiordo.
A parte de por el paisaje, Noruega es conocida por el encanto de sus ciudades. La que más me gustó fue Bergen por una especial avenida, el barrio de Bryggen, famoso por sus coloridas casas de madera. Además estuve en un famoso mercado de pescado situado en el puerto donde compramos productos típicos de allí, como el salmón del norte, la ballena y el embutido de carne de reno.
Fue un viaje que nunca olvidaré y que recomiendo hacer.

Jornadas de pesca

Mi mayor hobbie en verano, aparte de bañarme en el río, es pescar en él. La mayoría de las veces en mis ratos de pesca estoy acompañado por mi tío, un experto pescador del que he aprendido todo lo que sé. La gente piensa que la pesca es sedentaria y una actividad sin sacrificio, pero no es así: hay que madrugar y cansarte recorriendo kilómetros de cauce en busca de alguna trucha. Además de disfrutar por la sorpresa que te da una picada y por la incertidumbre de pescar o no, este deporte te permite estar en contacto con la naturaleza y descubrir paisajes ribereños adornados por las cumbres pirenaicas.
En las muchas jornadas de pesca he vivido numerosas experiencias, algunas buenas y otras malas por el riesgo que supone el crecimiento del cauce debido al deshielo o a tormentas veraniegas. Una que recuerdo siempre fue que mientras estaba cambiando de cebo por la salida del sol, vi nadar río arriba a una gran trucha que distinguí por el surco que marcaba con su gran aleta. Fue una pena no estar lanzando el cebo en ese momento y perder así la ocasión de pescar mi primera trucha de esas dimensiones.
De las varias modalidades de pesca que mi tío me ha enseñado quiero destacar la más divertida de todas, que es la llamada pesca a látigo. Aunque sea la modalidad menos efectiva en cuanto a capturas, es la que más emoción te proporciona al pescar un ejemplar. Esta técnica consiste en lanzar una pequeña mosca realizando un movimiento similar al de un látigo con la caña de pescar, ya que este señuelo es muy ligero.
Espero con emoción que llegue el verano para poder disfrutar pescando en el río Ara.